Muchos autores han estudiado la actividad del juego y han tratado de explicar su naturaleza, el origen de algo que se da en todas las especies. Así han surgido distintas teorías, cada una de las cuales explica este fenómeno desde diversos puntos de vista. A continuación se exponen las más relevantes, partiendo del esquema de Tripero, que las divide en clásicas y modernas.
A. TEORÍAS CLÁSICAS:
- Teoría del exceso de energía.
Autores como Spencer (1855) ven en el juego un medio para liberar y dar riendas sueltas a la energía que se acumula por no realizar actividades serias. Si se considera las distintas especies, se observa que cuanto más desarrollada están, más juegan, ya que tienen destinar menos tiempo a satisfacer sus necesidades. Esto se explica si se tiene en cuenta que las actividades serias están destinadas a la conservación de la especie, y éstas son menos frecuentes cuanto más evolucionada está. El juego del niño se justificaría como modo de canalizar la energía que no gasta, puesto que sus necesidades son satisfechas por otros. Sin embargo, no es posible esta interpretación, puesto que el pequeño juega aunque haya estado realizando previamente algunas tareas en la que haya hecho un gran derroche de energía.
- Teoría del descanso.
En contraposición con la teoría anterior, Lazarus considera la acción de jugar como una actividad que libera de los problemas, de las inquietudes y del cansancio; vendría a ser un “recreo” después del trabajo.
- Teoría de la recapitulación.
Los autores que la defienden, como Hall (1904), mantienen que el niño, desde que nace, va haciendo a través de su juego una especie de recapitulación de la evolución del hombre. De este modo aparecen las distintas actividades humanas, más o menos en el mismo orden en que se han sucedido en la historia. Al principio se comporta como un animal (juegos de trepar), luego como un salvaje (el escondite reproduce la búsqueda de la presa) y así sucesivamente, hasta llegar a realizar actividades más complejas y superiores. De esta forma a medida que se va desarrollando el juego, van desapareciendo las funciones rudimentarias.
Estas dos teorías dan un enfoque evolucionista a la explicación de la naturaleza del juego infantil y, aunque desfasadas respecto a la perspectiva con que se aborda la educación infantil en la actualidad, han servido para hacer reflexionar sobre la importancia del juego en la vida del niño.
- Teoría del ejercicio preparatorio:
La interpretación de Gross (1901) hace del juego un ejercicio de entrenamiento en las acciones propias del adulto. Al igual que un gatito salta sobre un ovillo de lana en la forma en que lo hará un gato adulto sobre un ratón, así el pequeño, durante el juego simbólico, imita al hombre o a la mujer en muchas de sus acciones. El juego es un aprendizaje para la vida. Sin embargo, esta teoría no explica planamente el carácter lúdico del juego, pues el adulto, que supuestamente ya está preparado para la vida, sigue jugando.
B. TEORÍAS MODERNAS.
- Teoría de la autoexpresión.
El juego se considera como el medio para expresar las necesidades y satisfacerlas.
Para Freud (1905), el juego es la expresión de las pulsiones, fundamentalmente de la expulsión del placer, y por medio de él se expresa lo que resulta conflictivo. Es posible expresar procesos a los que no se tiene acceso directo por otra vía.
Mientras se juega, se expresan el instinto; Freud vincula el juego al instinto de placer. Por medio de las acciones lúdicas el niño manifiesta sus deseos inconsciente y puede vivir sus experiencias traumáticas, canalizando la angustia de las experiencias reales, reconstruyendo lo sucedido; así puede dominar los acontecimientos y dar solución a estos conflictos.
- Teoría de Buytendijk.
Buytendijk (1935), en contra posición al Gross, explica el juego como una consecuencia de las propias características de la infancia, que se diferencia sustancialmente de la edad adulta en la forma de expresar esas características, satisfaciendo el deseo de autonomía. Otorga la importancia a la función del objeto con el que se juega. Para este autor habría tres impulsos que conducen al juego: el impulso de la libertad, en el que se expresa la necesidad del individuo de eliminar los obstáculos procedentes del medio y coartadores de la libertad; el deseo de fusión, de comunidad con los circundante, con las cosas; y la tendencia a la reiteración.
- Teoría de Claparede.
Para Claparede (1934), el juego se define por la forma de interactuar de quien juega. Es una actitud del organismo ante la realidad. La clave del juego es la ficción. Este autor también opina que mediante el juego se pueden satisfacer tendencias profundas y cumplirse los deseos y lo prohibido.
- Teoría de Piaget.
Piaget considera que el juego refleja las estructuras cognitivas y contribuye al establecimiento de nuevas estructuras. Constituye la asimilación de lo real al yo. Adapta la realidad al sujeto, que así se puede relacionar con realidades que, por ser muy complejas desbordarían al niño.
- Teoría de Bühler.
Bühler (1935) contempla el juego como una actividad que se lleva a cabo por el placer que produce el ejercicio de una función, la realización de la actividad. Este placer refuerza la propia actividad.
- Teoría de Vigotski y Elkonin.
Vigotski (1966) y Elkonin (1980) explican que la actividad lúdica constituye el motor del desarrollo, posibilitando la creación de zonas de desarrollo próximo. La acción lúdica partiría de deseos insatisfechos que, mediante la creación de una situación fingida, se pueden resolver. Así mismo, en el juego el niño conoce a él mismo y a los demás. El juego es una actividad fundamentalmente social.
- Teoría enculturación.
Según Sutton, Smith y Robert (1981), los valores de la cultura se expresan en los diversos juegos que desarrollan los niños.
- Teoría ecológica.
Bronfenbrenner defiende que en el entorno del niño existen diferentes niveles ambientales o sistemas que condicionan el juego. Concibe a la persona como un organismo activo, como un sistema que encaja dentro de otro, y así sucesivamente, estableciéndose relaciones recíprocas entre ellos, de tal forma que, al cambiar un elemento, todo el conjunto lo hace en su medida.
- Teorías biológicas.
El juego ayuda al crecimiento del cerebro, a los mecanismos y condiciones nerviosas. Es muy importante para el desarrollo de la persona, sobre todo en el periodo de la mielinización, hasta que los sistemas óseos y nerviosos adquieran una consistencia y solidez normales.
- Teoría del exceso de energía.
Autores como Spencer (1855) ven en el juego un medio para liberar y dar riendas sueltas a la energía que se acumula por no realizar actividades serias. Si se considera las distintas especies, se observa que cuanto más desarrollada están, más juegan, ya que tienen destinar menos tiempo a satisfacer sus necesidades. Esto se explica si se tiene en cuenta que las actividades serias están destinadas a la conservación de la especie, y éstas son menos frecuentes cuanto más evolucionada está. El juego del niño se justificaría como modo de canalizar la energía que no gasta, puesto que sus necesidades son satisfechas por otros. Sin embargo, no es posible esta interpretación, puesto que el pequeño juega aunque haya estado realizando previamente algunas tareas en la que haya hecho un gran derroche de energía.
- Teoría del descanso.
En contraposición con la teoría anterior, Lazarus considera la acción de jugar como una actividad que libera de los problemas, de las inquietudes y del cansancio; vendría a ser un “recreo” después del trabajo.
- Teoría de la recapitulación.
Los autores que la defienden, como Hall (1904), mantienen que el niño, desde que nace, va haciendo a través de su juego una especie de recapitulación de la evolución del hombre. De este modo aparecen las distintas actividades humanas, más o menos en el mismo orden en que se han sucedido en la historia. Al principio se comporta como un animal (juegos de trepar), luego como un salvaje (el escondite reproduce la búsqueda de la presa) y así sucesivamente, hasta llegar a realizar actividades más complejas y superiores. De esta forma a medida que se va desarrollando el juego, van desapareciendo las funciones rudimentarias.
Estas dos teorías dan un enfoque evolucionista a la explicación de la naturaleza del juego infantil y, aunque desfasadas respecto a la perspectiva con que se aborda la educación infantil en la actualidad, han servido para hacer reflexionar sobre la importancia del juego en la vida del niño.
- Teoría del ejercicio preparatorio:
La interpretación de Gross (1901) hace del juego un ejercicio de entrenamiento en las acciones propias del adulto. Al igual que un gatito salta sobre un ovillo de lana en la forma en que lo hará un gato adulto sobre un ratón, así el pequeño, durante el juego simbólico, imita al hombre o a la mujer en muchas de sus acciones. El juego es un aprendizaje para la vida. Sin embargo, esta teoría no explica planamente el carácter lúdico del juego, pues el adulto, que supuestamente ya está preparado para la vida, sigue jugando.
B. TEORÍAS MODERNAS.
- Teoría de la autoexpresión.
El juego se considera como el medio para expresar las necesidades y satisfacerlas.
Para Freud (1905), el juego es la expresión de las pulsiones, fundamentalmente de la expulsión del placer, y por medio de él se expresa lo que resulta conflictivo. Es posible expresar procesos a los que no se tiene acceso directo por otra vía.
Mientras se juega, se expresan el instinto; Freud vincula el juego al instinto de placer. Por medio de las acciones lúdicas el niño manifiesta sus deseos inconsciente y puede vivir sus experiencias traumáticas, canalizando la angustia de las experiencias reales, reconstruyendo lo sucedido; así puede dominar los acontecimientos y dar solución a estos conflictos.
- Teoría de Buytendijk.
Buytendijk (1935), en contra posición al Gross, explica el juego como una consecuencia de las propias características de la infancia, que se diferencia sustancialmente de la edad adulta en la forma de expresar esas características, satisfaciendo el deseo de autonomía. Otorga la importancia a la función del objeto con el que se juega. Para este autor habría tres impulsos que conducen al juego: el impulso de la libertad, en el que se expresa la necesidad del individuo de eliminar los obstáculos procedentes del medio y coartadores de la libertad; el deseo de fusión, de comunidad con los circundante, con las cosas; y la tendencia a la reiteración.
- Teoría de Claparede.
Para Claparede (1934), el juego se define por la forma de interactuar de quien juega. Es una actitud del organismo ante la realidad. La clave del juego es la ficción. Este autor también opina que mediante el juego se pueden satisfacer tendencias profundas y cumplirse los deseos y lo prohibido.
- Teoría de Piaget.
Piaget considera que el juego refleja las estructuras cognitivas y contribuye al establecimiento de nuevas estructuras. Constituye la asimilación de lo real al yo. Adapta la realidad al sujeto, que así se puede relacionar con realidades que, por ser muy complejas desbordarían al niño.
- Teoría de Bühler.
Bühler (1935) contempla el juego como una actividad que se lleva a cabo por el placer que produce el ejercicio de una función, la realización de la actividad. Este placer refuerza la propia actividad.
- Teoría de Vigotski y Elkonin.
Vigotski (1966) y Elkonin (1980) explican que la actividad lúdica constituye el motor del desarrollo, posibilitando la creación de zonas de desarrollo próximo. La acción lúdica partiría de deseos insatisfechos que, mediante la creación de una situación fingida, se pueden resolver. Así mismo, en el juego el niño conoce a él mismo y a los demás. El juego es una actividad fundamentalmente social.
- Teoría enculturación.
Según Sutton, Smith y Robert (1981), los valores de la cultura se expresan en los diversos juegos que desarrollan los niños.
- Teoría ecológica.
Bronfenbrenner defiende que en el entorno del niño existen diferentes niveles ambientales o sistemas que condicionan el juego. Concibe a la persona como un organismo activo, como un sistema que encaja dentro de otro, y así sucesivamente, estableciéndose relaciones recíprocas entre ellos, de tal forma que, al cambiar un elemento, todo el conjunto lo hace en su medida.
- Teorías biológicas.
El juego ayuda al crecimiento del cerebro, a los mecanismos y condiciones nerviosas. Es muy importante para el desarrollo de la persona, sobre todo en el periodo de la mielinización, hasta que los sistemas óseos y nerviosos adquieran una consistencia y solidez normales.
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